jueves, 19 de septiembre de 2013

Víctor Tasende, de una cama con tetraplejia a la Titan Desert

El otro día descubrí a Víctor Tasende, un chico que sufrió un accidente y se quedó tetrapléjico pero poco a poco ha ido superando barreras a través del deporte hasta plantearse pruebas deportivas muy difíciles como el Ironman o la Titan Desert.

Hola soy Víctor, tengo 25 años  y me considero una persona deportista y luchadora, debido a circunstancias de la vida me he visto obligado a madurar de forma prematura por criarme sin padres, pero conté con la ayuda  de mi abuela de la que tuve todo su apoyo, y esto sumado  a un accidente sufrido a los 17 años han provocado que sea la persona que soy hoy.
 
Antes de mi accidente el deporte siempre había estado presente en mi vida, lo  realizaba periódicamente con un fin saludable, sin excederme mucho o sacrificarme.

Todo esto cambió en el 2005, ya que sufrí un accidente jugando en una piscina, en la que di en el fondo con la cabeza, y en ese instante me quede inmóvil, esos minutos o más bien segundos de estar sumergido bajo el agua sin poder moverme, para mí fueron una eternidad,  lo único que tenía eran unas ganas muy grandes de volver a respirar y vivir, con una gran angustia por que ningún músculo me respondía. 
Un compañero me quitó del agua y avisó a las ambulancias, fue una espera larga ya que tuvo que acudir una ambulancia  medicalizada que no estaba precisamente cerca. 
En ese tiempo sí que me derrumbé, comencé a llorar y pensar todas las cosas que no había hecho por pereza todos esos momentos que dejara pasar por decirme a mí mismo “ya tendré tiempo, en otro momento”.También pensaba en esas cosas malas que todos hacemos de vez en cuando, y que en ese momento me daba cuenta que eran tonterías, que solo hacen que perdamos nuestro tiempo o el de los demás.
En esa espera, donde no notaba nada más que mis lágrimas corriendo por mis mejillas me prometí que si salía de esta y volvía a caminar, nunca me rendiría,  emprendería retos nuevos, y  no me dejaría estancarme. 
Lucharía por lo que quisiese hasta el final,  y nunca por muy adversas que fueran las cosas, nunca me rendiría o dejaría  de llegar a donde me hubiese propuesto. 
En ese momento prometí   que si volvía a andar realizaría el camino de santiago todos los años mientras mi físico y medios me lo permitiesen.
Después de todo el proceso de esa noche, llegó el momento en que me vi solo en la habitación, dejé de llorar y fui consciente de la situación, me aferré al poco valor que me quedaba, y fue en ese momento donde  empezó un proceso largo de recuperación que llegó a durar dos años de trabajo. A día de hoy convivo con secuelas, que me hacen no olvidar el suceso de aquella noche.
Lo primero que sucedió es que me operaron de urgencia, al tercer día de entrar, ya que la lesión afectó a toda la zona medular y cervical , y pusieron a mi familia en aviso, como fue normal a mi familia le contaron  mi situación, que a mi no me decían pero que estando consciente era totalmente realista. La posibilidad de quedar afectadas parte de mis extremidades.
Después de la operación, y de un tiempo en observación fue el momento de partida.
A partir de ese momento comencé a luchar y poco a poco gracias a todo el trabajo realizado con  mis médicos fui recuperando partes del cuerpo. Transcurrieron  varias fases, donde aprendí a manejarme con la  silla de ruedas, mas tarde con el andador, usar muletas, aprender a comer, en resumidas cuentas, volver a aprender a hacer todas las facetas de la vida cotidiana, intentar ser autónomo.
En eses momentos te das cuenta que lo más simple como cruzar una alfombra en el suelo, puede ser un obstáculo muy grande para algunas personas.
Pasado un tiempo mis médicos me dieron el alta hospitalaria. Seguía haciendo rehabilitación pero dormía en casa, en ese momento ya volvía a andar no muy bien, pero podía andar.
Durante todo este periodo yo no podía hacer ejercicio en buenas condiciones, de tal manera que  mi peso una vez acabado el proceso  era de 102 kilos, con una estatura de 1.74.
Todo pego un giro radical en el momento en que  mis médicos, literalmente me dijeron 
“que podía hacer todo el deporte que quisiera”.
Desde ese mismo momento empecé a afrontar retos personales, con el fin de mejorar las secuelas que me quedaran.  Mas tarde esa razón fue cambiando para trasformase en una búsqueda de motivación y lucha.  Las mismas razones que  tengo actualmente.
 

He de decir  que este accidente fue el peor momento de mi vida y el que más me marco, pero reconozco que ha sido un regalo, con el que  más he aprendido  a superarme y evolucionar, tomándome  el deporte como filosofía de vida y la búsqueda de nuevos retos.

“La peor desgracia de mi vida fue el  mejor regalo de mi vida” 
Después de esto busque razones para motivarme y superarme a través del deporte,  como el badminton, tenis, natación, correr y andar en bici.  Al poco tiempo de empezar a realizar deporte y con una buena alimentación estaba en 90 kilos, gracias especialmente al tenis y bádminton, que me ayudaron a conseguir velocidad, agilidad y resistencia.
Después de un tiempo me di cuenta que recuperara muy bien casi todo mi cuerpo, pero aún me quedaba una parte que no se encontraba bien y que tenía descuidada, era mi lado izquierdo. Al ser diestro mi lado mas potenciado era precisamente con el que jugaba, pero el izquierdo al no usarlo estaba peor.
Debido a este echo  llego un día y con la ayuda de un amigo  decidí probar a remar y me gusto tanto que me quedé a entrenarme para conseguir recuperarme mejor  y competir. Pues ese primer año y después de muchos entrenamientos me puse en 69 kilos, peso en el que aún sigo a día de hoy.
Durante estos cuatro últimos años, me he entrenado junto a mis compañeros durante once meses al año, entrenado juntos de lunes a domingo, para competir en la máxima categoría del remo en Galicia. 
En mis pocos ratos libres aprovechaba a salir a correr o andar en bicicleta, incluso en el mes de descanso de mi principal deporte, cumplía mi promesa de realizar el camino de Santiago, promesa que sigo cumpliendo. 
Pues bien este ciclo en el remo llega a su fin este año 2012, y estuve buscando una nueva motivación a la que aferrarme y luchar, por eso tengo que decir que desde hace un tiempo sigo varias pruebas que me han llamado mucho la atención y me han motivado, como son la titan desert, o el iron man.
Peleo por lo que quiero y me dejo el alma y la piel para conseguirlo, me motivo cuanto mas adversas o dificultosas son las situaciones, y me enfrento al miedo para que me sirva de aliado con el fin de conseguir mis objetivos y superarme.
Actualmente la búsqueda  de nuevas motivaciones me han llevado a estar preparando pruebas tan bonitas como la titán desert y el iron man en las que estoy trabajando con mucha ilusión, en este  un nuevo reto que me he propuesto. 

Fuente: victortasendesport

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